Otro duerme mi cama mientras
viajo, qué pensarán mis tazas de sus manos. El portero del edificio no me vio
salir, ignora que ya no existo en esa calle, para él sigo allí con mis libros,
mis cacerolas. Suerte haber recordado el pasaporte, suerte el avión que tarde pero
sale, suerte tener sueño y soñar volando.
Otro saldrá del edificio mañana al
trabajo, fantaseará el portero intrigado
al verlo regresar como pancho por su casa. Qué ha sido de la mujer del segundo
piso, se preguntará el portero acaso,
y apenas. Suerte animarme a llevar poco y lejos, suerte que el calor todavía no
asfixie, suerte ser yo, y también poder
ser otra.
4 comentarios:
¡suerte en tu viaje!
Gracias, Juan!
¡congratulations!, ¡por ser vossss!
Gracias como siempre, Miguel...
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