Si tengo esta noche los ojos llenos de lágrimas, ¿es porque ha muerto usted o porque yo estoy viva?
En el vestuario me encontré con mis compañeras del curso anterior; no tenía amistad con ninguna en particular, pero me gustaba el ruido que hacíamos todas juntas.
Nunca me había pasado algo tan interesante. De repente, tenía la impresión de que nunca me había pasado nada.
Entonces se manifestaba, de la forma más conturbadora, ese don que le había concedido el cielo y me tenía maravillada: la personalidad.
Para mí eran días felices. Había en el salón una estantería llena de libros antiguos con manchas de herrumbre en las hojas: las obras prohibidas las habían relegado a la parte más alta y me permitían rebuscar libremente en las baldas inferiores.
Cuando se sentaba al piano, cuando se colocaba el violín entre el cuello y el hombro y escuchaba con recogimiento la melodía que le brotaba de los dedos, yo tenía la impresión de oír cómo se hablaba a sí misma: comparadas con ese prolongado diálogo que seguía adelantes en secreto en su corazón, nuestras conversaciones se me antojaban muy pueriles.
-Estoy cansada de ser una niña -dijo de repente-. ¿No le parece que esto no se acaba nunca?
Ni papá ni los escritores a quienes yo admiraba creían, y, seguramente, el mundo no se explicaba sin Dios, pero Dios no explicaba gran cosa; de todas formas, no se entendía nada.
1 comentario:
Thenation biography of one of today's most renowned intellectuals, bejamin moser, explores her writing, radical thinking, public activism, and secret nature.
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