Todo tiene un precio. No es gratuito pasar horas, días, meses en un mismo lugar. Sí, la quietud evita riesgos de choques, de roturas, casi no hay desgaste ni exigencia alguna; pero las partes se empiezan a atrofiar y a quedar sin energía. Hay que pagar por estar cómodo, protegido del clima y de los otros, al amparo de alguien que nos cuida y vigila, que vela por nosotros. El precio de la seguridad es bastante alto. Esto lo pensé gracias a un cartel del estacionamiento que me advertía: “Se abona con el auto a la salida”.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
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5 comentarios:
Muy bueno, María.
Los consejos para la vida, se encuentran en los lugares más diversos. Sólo hay que estar atento.
Igual que Levrero, que encontró un buen consejo para él, en la caja de un medicamento.
Un gran abrazo.
Que estés muy bien.
(Últimamente comento menos, pero sigo leyéndote de manera incondicional)
Contenta de que sigas por acá, Laura.
Hoy fui a Farmacity. Para evitar robos, cuando en la caja juntan más de mil pesos se los llevan al fondo. Mientras esperaba que el cajero fuese a esconder la plata, leí que en la computadora decía: "Registrando alivio"
Me encantó!
Es verdad eso de los consejos, todavia recuerdo el que encontró tu amiga en los subtes de Nueva York.
Abrazos amplios
Quiero saber el de los subtes de NY! No me dejen afuera, che!
Hola Pablo,
acá va: http://loescriboportubien.blogspot.com/2010/06/consejo-de-amiga.html
saludos!
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