martes, 21 de septiembre de 2010

La dolce vita

Escribí sobre Fellini ACA por una muestra que vi en Madrid hace poco. Cuando llegué a Buenos Aires, mi ciudad me esperaba con una retrospectiva de Federico en la sala Leopoldo Lugones. ¿No es maravillosa la vida?

Iba mucho a “La Lugones” cuando estudiaba cine, después dejé de ir y ahora que volví me gusta más que antes, y no cambió nada. Me fascinan sus groupies jubilados que llegan muy temprano y copan el hall del décimo piso hablando de Bergman, de De Sica, de Truffaut. La mayoría solos, mucho ruido de bolsas que esconden todo tipo de alimentos blandos.

Siempre algún viejito se me sienta al lado porque soy joven. A los veinte me molestaba un poco porque no entendía nada, ahora percibo el paso del tiempo y me emociona verlos aferrarse a la vida de cualquier manera. Cuando era más chica no entendía nada, ni “La Dolce Vita”, ni a esos viejitos, nada.

No creo que ahora entienda todo, pero algo más entiendo. Entiendo que Fellini es un genio. ¿Cómo puede transmitir así los conflictos humanos más profundos? La vida, las imposibilidades, los miedos, la incapacidad de elegir, lo vacío, el amor. Salgo de ver "La dolce vita" preguntándome ¿cómo se hace para vivir? ¡Genio!

El domingo fui a ver “Giulietta de los espíritus” y pensé: ¿Y esta gente que me rodea? ¿No lo ha vivido casi todo? Seguro entenderán más que yo. Sentada en la sala, traté de escuchar a los sabios. Me concentré en la señora de adelante que se lamentaba por haberse perdido “La Strada” con una desconocida que le tocó en suerte. Y empecé a escribir como si me estuviese dictando la maestra:

En “La Dulce Vida” cuando ella, la sueca, se mete vestida en la fuente yo pensé que se iba a desnudar pero no se desnuda nada. Yo había leído que en esas fuentes el agua estaba he-la-da. Yo creía que se iba a desnudar… Pero ni en el desnudo de esa reunión de todos locos al final, no hay nada, no se ve nada. Yo con tal de verlo a Mastroianni… ¿Vos le viste los ojos, la nariz, la boca? No es ni alto ni bajo, es un tipo… Es un tipo que hubiese sido ideal para mí, bien varonil, ni lindo ni feo, qué raro, por favor, no sobreactúa… El cine fuerte fue Italia y Francia. Ay, me perdí “La Strada”, Anthony Quinn hace como actor cualquier cosa y Julieta Masina es única, chiquitita, feucha, pero con Fellini no podía vivir cualquiera, fue su compañera. Mirá ese viejo que ya se quedó dormido y ni siquiera empezó, así estamos, después nos meten a todos en la misma bolsa, los que estamos bien de la cabeza y los que no. “Amarcord” la dan el jueves y yo los jueves no puedo. Yo quería ver “La Strada”… Por suerte vi “La Dulce Vida”, esa es una sociedad que existe también ahora, el nivel más alto es el más pervertido, los que están arriba no se conocen ni a ellos mismos, nadie sabe quiénes son. Tres horas de película y en ningún momento estuve retraída de la pantalla y no había comido nada. Yo no me canso de ver esas películas, “Casablanca” podría verla mil veces, qué personalidades los dos. No sé quién falleció primero, él o ella, de cualquier manera son dos grandes. ¿Vivís por la zona? Yo vengo de Caballito…
Ella siguió pero ya no pude escucharla porque otras dos señoras empezaron a parlotear muy cerca, la mezcla era demasiado. Tampoco quise prestarle atención a las nuevas. Cerré mi anotador y esperé la película. Recordé que a los veinte no había entendido nada y me pregunté qué entendería de “La Dolce Vita” a los ochenta. La sala se oscureció. Lo último que pensé fue que probablemente a los ochenta sólo quiera ver a Mastroianni en la pantalla grande, y estar segura de que hubiese sido perfecto para mí.

2 comentarios:

Clara dijo...

Fellini ... maravilloso por todos lados.

Pero, claro, es verdad, sus peliculas hay que mirarlas muchas veces y en diferentes decadas de nuestra vida. Nuestros ojos seran los mismos siemrpe pero no asi nuestra mirada.

Gracias Maria, como siempre!

Clara

María dijo...

Hola Clara, gracias!
Es verdad, hay que mirar estas películas cada diez años! Pero no alcanza la vida! Veremos cómo hacemos...
Un beso.