Hoy estaba sentada en el bar de siempre y se acercó una nena atraída por mis libros y cuadernos. Me puse a dibujarle una abeja en el individual de papel (la misma abeja que les dibujo a todos los niños y que no falla). Ella tendría unos tres años y me miraba atenta desde abajo. Pero los gritos de la madre desde su mesa rompieron el lindo momento que estábamos pasando juntas: “dejá tranquila a la señora que está leyendo”. Tuve que hacer un esfuerzo actoral tremendo para disimular, el señora me quedó clavado en el corazón y rebotando como una flecha. Terminé la abejita y traté de seguir con lo mío, la nena se quedó un rato mirando su dibujo y después salió corriendo para mostrárselo a su mamá. Todos en la otra mesa lo admiraron con un ahhhh mientras yo intentaba volver a concentrarme. Pero tuve que abandonarlo todo definitivamente cuando escuché a la madre que le exigía a su hija: ¿le dijiste gracias a la nena?” Ahí, ya no entendí nada.
sábado, 22 de agosto de 2009
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5 comentarios:
Estás segura que tu esfuerzo actoral fue convincente? Para mi,la mamá se dió cuenta y la quiso arreglar.Un poco extremista igual...pero saquemos un promedio:
señora+nena:2=joven,muchacha.
jaaaa
Lau
Cuántos años tenemos. Ser más niño que adulto no es ser infantil. Es seguir siendo copado. Me encantó.
Gracias muchachas.
dijo señora para que no te moleste, para imponer respeto.
cuando ya vio que no te jodía y que le hiciste el dibu, reconsideró la situación y tiró NENA
No sé, supongo que hay un umbral en el que uno deja de ser una "chica" y pasa a ser una "señora".
No estaré cruzando el umbral, con un pie de cada lado?
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