La mirada de los perros.

(Cont. del JUEVES 27 DE NOVIEMBRE DE 2008)

Mi perro me reaviva por entero. Sin hablar de que duerme a veces a mis pies llenando la habitación de cálida vida húmeda. Mi perro me enseña a vivir. El sólo está "siendo". "Ser" es su actividad. Y ser es mi intimidad más profunda. Cuando se duerme en mi regazo lo velo a él y a su respiración bien ritmada. E, inmóvil él en mi regazo, formamos un solo todo orgánico, viva estatua muda. Es cuando soy luna y soy los vientos de la noche. A veces, de tanta vida mutua, nos molestamos. Mi perro es perro tanto como un hombre es un hombre. Amo la canidez y la humanidad cálida de los dos.

El perro es un animal misterioso porque casi piensa, sin hablar de que siente todo menos la noción de futuro. El caballo, salvo que sea alado, tiene su misterio resuelto en nobleza y el tigre es un grado más misterioso que el perro porque su índole es aún más primitiva.

El perro, este ser incomprendido que hace lo posible para comunicar a los hombres lo que es...

El perro de Angela parece tener una persona dentro de sí. Es una persona encerrada por una condición cruel. El perro tiene tanta hambre de gente y de ser un hombre. Es dolorosa la falta de conversación de un perro.

("Un soplo de vida" - Clarice Lispector)