De todas las cosas que viven conmigo las que mejor me caen son mi biblioteca y el lavarropas.
La heladera, por ejemplo, su actividad es tan constante que lo hace como respirar, no le cuesta nada. El horno no es independiente, cada tanto nos necesita, como un nene necesita que le cambien los pañales.
Me gusta el lavarropas porque hace lo suyo sin molestar a nadie mientras yo leo un libro o veo una película. Me tranquiliza escucharlo trabajar, siento menos culpa por estar tirada y le agradezco el tiempo que me regala para poder escribir mis cosas.
El lavarropas es el electrodoméstico clásico más trabajador, por lejos.
1 comentario:
maravilloso, me encanto...
por eso yo no tengo lavarropas, creo
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