miércoles, 21 de abril de 2010

Sueño

Estoy en la sala de espera de un hospital. No diría que estoy triste, parezco preocupada. Por cómo estoy vestida, el perfume de mi pelo y mis pulseras sé que no salí apurada de casa, no fue algo repentino, no ha habido un accidente. Ahí sentada ansío noticias de alguien que está enfermo hace un tiempo. De pronto se abre la puerta y sale un médico. Me levanto, su cara muy seria me obliga la mirada hacia el hueco de la puerta entreabierta y no escucho lo que me dice porque habla bajito. Ahí me veo, tirada en la cama, apenas las formas de mi cuerpo se dibujan en la sábana blanca. Me duele. El dolor es un agujero en la panza, como si me quisieran succionar hacia adentro y darme vuelta como a una media. Me siento blanda por primera vez. Se acaba de ir el médico, dijo que no es grave pero sé que miente porque al salir dejó la puerta entreabierta y noté que me miraba a mí misma muy preocupada desde afuera. Y después lo peor, oí que el médico me decía bajito para que yo no escuche: “lo siento, no hay nada que podamos hacer, tiene el corazón comprometido”.

7 comentarios:

Jonessy James dijo...

muy bueno, de verdad.
me encantó el texto, cómo está encarado, cómo está escrito, todo. las palabras, el sonido. perfecto. delicioso.

gracias.

jonessy

Laura B. dijo...

"...tiene el corazón comprometido..." En dónde tendrás comprometido el corazón, me pregunto.
Y se resignifica cuando decís: "...El dolor es un agujero en la panza, como si me quisieran succionar hacia adentro y darme vuelta como a una media..." Y me pregunto nuevmente, quién te quisiera succionar,ahí vos ponés de manifiesto la aparición necesaria de un tercero, no es solo que te duele la panza, sino que hay un "otro" que esta dentro de todo eso.
Me encantó este escrito, simple, con palabras justas.
besos

María dijo...

Gracias Jonessy y Nausica, estoy contenta, hace tiempo no escribía... qué bueno que les gustó.

k dijo...

esa es mi amiga!!! muy lindo meriii

Beroldo dijo...

Hola María, hace rato que no comento, pero te sigo leyendo incondicionalmente.
El texto, fantaBULOSO.

Un beso grande,
Laura.

María dijo...

Gracias Laura, te extrañaba...

Kariu dijo...

Me gustó, que pesadilla...