sábado, 7 de marzo de 2015

La dispersión

Sobre esta mesa he apoyado los brazos y la cabeza.
Piedad y desprecio por mi mundo. Los lugares comunes
de la materia que me rodea. Un lápiz, una caja
de fósforos, una taza de café, ceniza
de cigarrillos sobre un desorden de papeles.
Cuánta desesperanza de poesía sin porvenir.
Y de pronto la certeza de que morir es apartarse de la mesa,
la noción de que todo se perderá.
Cada cosa se ausentará de la otra,
los objetos de quienes soy el centro dejarán de amarse.
Yo mismo, agonía volcada, volumen apretado al planeta,
me veré arrojado por la ventana,
pedazo a pedazo, a trozos que se odian
hacia la fría unidad de la noche.

2 comentarios:

Clément Cadou dijo...

Grande Giannuzzi, María, uno de mis poetas favoritos. Un saludo y gracias por este poema (marca de la casa).

María dijo...

Hola Clement Cadou, no leí demasiado de él pero voy a hacerlo. Este poema me pareció maravilloso y me alegro mucho de que lo hayas disfrutado o vuelto a disfrutar. Un abrazo y gracias.