jueves, 20 de febrero de 2014

Un día en la vida de Javier Krahe:

"Me levanto tipo 9.30. Duermo poco. Eso es una novedad muy grande porque he sido muy dormilón. Pero ya no, me ha cambiado el metabolismo. El desayuno me aburre mucho. El café no me gusta, pero es lo único caliente que me apetece tomar por la mañana. Cuando termino, me siento en el sofá, me enciendo un cigarro y miro la pared de enfrente y así estoy una hora o así, digo yo que pensando porque no hago otra cosa. Luego me ducho, me visto, bajo a por el periódico y me lo leo. A veces escucho música o me pongo Radio 3, pero solo una hora porque me suele indignar. No me gusta lo que oigo. Me parecen un asco de grupos, así que no disfruto. Me enfado. Y eso está bien. Más tarde como en casa y después me tumbo en el sofá hasta las siete. Pongo la tele, pero le quito el sonido. Me gusta verla porque me voy dormitando. Para eso me valen muy bien los documentales de animales. Me gusta no hacer nada y tengo una enorme capacidad para ello. Por la tarde, mi mujer se sienta en el salón conmigo y charlamos o no, pero ya estamos dos. Me gusta verla y que me haga compañía. A eso de las 19.30 le hago un té y yo me hago otro café. Así está establecido desde hace años. De vez en cuando curioseo el diccionario en castellano, inglés o francés, pero eso me lleva 10 minutos. Por la noche salgo poco en Madrid. Busco alguna película y luego miro a ver si hay otra. Veo dos o tres y me voy a la cama a leer. Me siento aficionado a la cultura."

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