Ayer quedé maravillada ante el lenguaje cinematográfico de DRIVE. Su mezcla de serie de los setenta, melodrama, película de acción y buen gusto me parece una de las estéticas más modernas que vi últimamente. Además esto se potencia porque el guión es bastante malo. Pero, como se deduce de la película misma: importa tanto el auto como el conductor. Señor Nicolas Winding Refn, usted dirija, que yo a partir de ahora lo sigo a donde sea.
jueves, 22 de marzo de 2012
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