lunes, 2 de enero de 2012

Cuestión de fe


Hoy me desperté y me puse a pintar un dibujo que hizo T. Lo dejó ayer sobre la mesa antes de irse de viaje volando a trabajar. Es un dibujo de un hombre, de simples líneas a tinta. No sé quién es, qué importa, necesito esas líneas de contención, de guía para empezar el año haciendo lo que me gusta.

Todo muy romántico hasta que abro la primera acuarela de una caja que compré en el MOMA hace cuatro años. Presiono el tubito pero nada, seca como una piedra. Cuatro años, la caja de madera nueva, miles de hojas vacías y las acuarelas duras. El tiempo pasa y las acuarelas y vos no son eternas; o ¿qué creías?

Pero logro vencer su resistencia y sale el color. Después, mágicamente, los otros pomitos sumisos largan todo ante la mínima presión. Podría haberme evitado pensar en la muerte si hubiese elegido otro color para empezar. Pero elegí ese y pensé en esto y entonces sé que las acuarelas no son eternas así que mejor pintar ahora, aunque al final estas todavía sirvan.

Mejor pintar, sino me voy a marear con la muerte y la eternidad. Los colores deslizándose y viajando por el agua me exigen paciencia, paciencia María. Poco a poco voy perdiendo el temor a equivocarme y disfruto del riesgo de traspasar las líneas, al fin estoy jugando. También empiezan a nacer frases y las anoto en lo que tenga cerca, van saltando ideas como pochochos.

Así empiezo el año funcionando, igual que el lavarropas desde la cocina. Este año mi único proyecto es la confianza. Necesito confiar para poder apostar. La confianza es una cuestión de fe, no hay lógica ni razonamiento que valga, la confianza es idealista, ilusa, negadora, es ingenua; la confianza es una niña que pinta un dibujo que hizo un hombre que viaja en una máquina gigante que vuela por el aire.

4 comentarios:

Staff de Bla Bla Bla dijo...

Anda al MOMA y que te devuelvan la guita!

Saludos!

Anónimo dijo...

María,
Inspiras silencio.
Es que hay veces en las que te leo y me metes en una parte tan intima, tan tuya (al menos eso parece), que mis elogios inclinados a cliches pero muy espontáneos sonarían a un insulto o huecos. Así que para no romper ese encanto que creas mejor dejo en 0 los comentarios y me quedo en silencio, con ganas de decirte (aqui va el cliche) lo mucho que me gusta como escribes, como interpretas la vida, como la plasmas en palabras, en como te abres al resto (a tu manera). Este es el mejor grito que le dice: "!Aqui estoy!" al mundo entero.
Y cuando ya es demasiado el silencio que probocas, cosas asi, como este comentario loco, se escriben.
Un saludo, y un brindis por nuestro tiempo en las palabras.
-E(rika).M. :)

María dijo...

Muchas gracias por tus palabras, Erika. Gracias.

Maqui dijo...

gracias !