Cada vez sé menos de todo, de la vida; y más de mí. Al fin sé que no necesito tres shampoos diferentes, sé que ese vestido es espectacular pero no lo voy a usar nunca, que escribiendo se me va la angustia, que quiero compartir mis días con un hombre que me vea la mujer más linda del mundo; sé que mis amigos me sostienen, que necesito mucho tiempo libre, dormir bien y hacer ejercicio, que mi mamá es mi mamá, que tengo un papá al que admiro y que el arte me salva. ¿Será así? ¿Saber cada vez más de uno y menos de “todo”?
jueves, 15 de septiembre de 2011
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