viernes, 12 de agosto de 2011

La doble vida de la angustia

Por lo menos dos tipos de angustias andan conviviendo en este mundo: la que te da y la que te quita el hambre. La angustia que da hambre es la no asumida, la que busca tapar, llenar, esconder el núcleo lo más adentro posible, es sólida y consume combustible porque no quiere ver que no puede, no quiere ver. La angustia que quita el hambre es la angustia reconocida, el vacío que succiona, la conciencia de fragilidad, certeza de la imposibilidad, el cuerpo que se achica hacia el foco del dolor. Por eso hay gente que cuando está angustiada necesita comer mucho y otra a la que le agarra un nudo en el estómago y no puede tomar ni agua. Hay dos tipos de angustias, muy diferentes.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantas

Nueve dijo...

Me gusta.

Hablen y digan lo que siempre soñaron que dirían
si alguien escuchaba.
(me gusta más)

¿No te alegras, por cierto, de que todo te lo escribieras desde la era del papel?, en vez de tener innumerables documentos y blogs virtuales; yo creo que depende de dónde escribas las palabras son incluso otras. Y puede que sea nostalgia, pero juraría que no es lo mismo ni mucho menos tan íntimo.

Me alegro de que una simple búsqueda sobre Henry Miller me haya llevado a tu blog interesante, por cierto. Así, de desconocida a desconocida.

María dijo...

Hola Mrs. Sputnik,

Me alegro de que te hayan interesado los escritos de una desconocida, le da sentido...

Comparto que se generan palabras diferentes de formas diferentes, ambas me parece valiosas, todo medio de expresión virtual, material, por más ínfimo que sea me genera respeto cuando es genuino, así que todo vale en materia de soportes...

Henry Miller es un verdadero genio, y supongo que escribía en servilletas pero hoy sería un genio igual, en su blog, quién sabe... No?

Saludos y muchas gracias por el comentario,
María

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
María dijo...

Hola Facundo, me alegro mucho de que las palabras te hayan llegado. Fuerza, yo creo que hay que aguantar ese nudo, llorarlo? Cualquier cosa es mejor que taparlo. Quizás, al deshacerse, ahí, detrás, escondido, está el núcleo de cada uno.
Quién sabe si fueron los mejores años de tu vida aún...
Un saludos grande y gracias por tu comentario.