Estos días estuve juntando todo lo que alguna vez escribí: notas, ideas, guiones, cuentos, diarios. Quiero tenerlo a mano, saber que es una pila bastante alta. Leo esos textos como si fuesen de otra, no recuerdo haberlos escrito, no los entiendo, no sé cómo terminan; son una sorpresa que yo misma me preparé hace tiempo cuando ahí estuve, metida en estas hojas amarillas que alguna vez rocé con mis manos de quince, veinte. Hoy les transcribo un ejemplo, algo que escribió la que fui; la que soy se hace cargo aunque no lo recuerde, es un hijo desconocido que aparece de pronto y ni idea quién es el padre: las motivaciones, el deseo. Ni idea. Por suerte fui prolija y arriba informo: 22-12-96
Hoy quiero limitarme a escuchar,
a ver qué dicen; a oír, también.
Espero; digan lo que quieran.
No censuren pausas, ellas también cuentan.
Díganlo todo, si escucho quiero hacerlo bien,
entender cada palabra, sus relaciones y para qué.
Tengo este sentido, el de la música,
dispuesto, completo, subordinado.
Hablen y digan lo que siempre soñaron que dirían
si alguien escuchaba.
Yo estoy, es decir, yo escucho.
Vamos, o ya no tienen ganas, o fuerza.
Tal vez nací sorda, perdí el oído por falta de práctica.
Vamos, qué esperan, o ya no tienen nada que decir,
o lo han dicho todo a orejas pintadas.
Vamos, hablen, hace rato que espero y ni ruido.
La luna me aclara que veo, remarca el silencio,
pero no escucho ni risas ni pasos.
Miento, la escucho a esa, a esta, la voz propia y plana.
Gran traductora. Sombra.
Traté. Lo juro. Traté de escuchar.
(Por favor, perdonen mi nostalgia.)
1 comentario:
Llegue acá de casualidad! Hace solo un día me hice el blog pero tenia la idea en mente hace tiempo. Me identifique con lo que dijiste aquí, Tengo momentos en que escribo sin razón alguna, solo tomo el papel y sale eso.. No sé si será así por siempre, pero este medio me ayuda mucho.
Un saludo.-
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