Hay películas que, por más tremendas y aterradoras que sean, me devuelven el amor por el cine, las ganas de escribirlo, de hacerlo; me motivan y me dejan viva. El caos se ordena cuando veo una película de esas.
En cambio otras le roban el sentido a todo y me dejan la mente podrida con ganas de no hacer nada de nada o de matar a alguien. Si veo muchas de esas películas seguidas empiezo a sentir repulsión cinematográfica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario