Mi papá sostiene que uno es lo que hace. Yo todavía no estoy segura, ¿tan básico es todo? Los médicos son fríos, los pintores son locos, ¿las maestras son ciruelas?
Dicen que para llegar a hacer bien algo hay que dedicarle como mínimo diez mil horas de la vida. Mil doscientos cincuenta días de ocho horas, casi cuatro años. Y sí, practicar ocho horas por día durante cuatro años tiene que rendir sus frutos.
No sé si hice bien las cuentas. Pero estoy segura de la importancia de las “horas-hombre”. Cada hora dedicada a algo es un ladrillo en una pared invisible que de repente un día se nos planta adelante, sólida y arrogante, pidiendo el reconocimiento del arquitecto ausente y negador que fuimos.
Si uno es lo que hace, desde los veinte hasta los setenta podemos llegar a ser más de diez personas diferentes. Me gusta pensar en esto: cuatro años tampoco es tanto tiempo para reinventarse a uno mismo.
5 comentarios:
No concuerdo en absoluto con lo que te dijo tú padre. Uno puede cambiar el curso de su vida en segundos, o bien hacer muchas cosas distintas en su vida sin intervalos regidos y no por ello hacerlo mal.
Me imagino a un escritor esperando llegar a las 10.000 horas exactas para escribir una novela póstuma, una novela que perdure en el tiempo. Pobre Kafka, él escribía novelas en términos de meses y son obras ejemplares de la literatura universal.
¿Sabés? creo que el talento no se rige por intervalos, que acotar el tiempo es coartar la inventiva y el ingenio. En fin, es mi opinión.
Invisiblemente, te leo.
Me convenció con este argumento:
"Cuando conocés a alguien, qué es lo primero que preguntás? Qué hace."
Seguro hay conexión entre lo que uno es y lo que uno hace (lo que no sé es si es lo mismo). Alguien que dedica ocho horas de su día a trabajar en una bolsa de dinero, alguien que dedica esas horas a la política, alguien que vende remeras. Lo que hacés arma un poco tu personalidad o la personalidad te lleva a hacer lo que hacés?
No sé si son 10.000 horas, pero sí creo que Kafka habrá pasado gran parte de su vida escribiendo, no?
Qué bueno que me leas. Habrá alguna otra manera de hacerlo que invisiblemente? Te imaginás que quedasen rastros de los lectores en un texto. Es una idea interesante...
Qué interesante post María.
Pienso que lo que uno va viviendo mientras crece, influye en la construcción de la personalidad, y al mismo tiempo, esa personalidad te va llevando hacia una determinada dirección con la que te identificás.
El tiempo que te lleva ese proceso ya es personal, y está influenciado por el medio que te rodea y que te tocó en suerte.
La idea de que quedEn rastros de los lectores en los textos es interesante, pero la idea de que quedAn rastros de los textos en tus lectores,es un hecho.
Un beso,
Laura.
Me gustó este post, me hizo acordar a una charla que tuve una noche. ¿viste esas noches de cerveza y nada más, amiga del otro lado de la mesa, y el reloj que sigue su ritmo, y la conversación que se va perdiendo con el paso de las horas?
Y se van generando, en esas si se quiere charlas existenciales tantos planteos como pensamientos tengamos en ese momento. Y empezamos a pensar, siempre está la pregunta, ¿uno qué es? ¿Uno es lo que piensa, lo que hace, lo que dice? ¿uno es lo que quiere, lo que puede, lo que debe?
Y despuñes seguí leyendo, y me topé con la pared, y el paralelismo de las horas y los ladrillos. Pueden pasar años en los que uno va construyendo poquito a poco una pared, la pared, nuestra o ajena, y pueden pasar segundos conseguir darla por tierra, destruirla, arrasar con ella, y volver a empezar.
Estoy de acuerdo, y no estoy de acuerdo, si uno es lo que hace, desde los veinte hasta los setenta, podemos llegar a ser más de diez personas diferentes, o podemos no sentirnos nadie. o se si cuenta tanto el tiempo que le dedicamos a algo que hacemos, sino qué carajo hacemos cone so que nos pasa. Pero sin embargo el tiempo esta, asi que no se muy bien.
Gracias por hacerme pensar
besos
Uno es lo que "hace". Bueno si tenemos en cuenta que hacer significa todo, mucho más allá del trabajo o la profesión q uno tiene, estoy bastante de acuerdo. Lo que uno es, está en lo que uno "hace" a cada instante. Está hasta en un mínimo detalle, quizás en algo imperceptible que hasta puede llegar a cambiar la vida de otra persona.
La escencia de uno siempre es la misma por más que vayamos cambiando las tareas. Siempre nos manejamos con una misma constante, nos rejimos por ella. Y es la que muchas veces nos puede llevar al éxito o también nos puede hacer equivocarnos.
S↓, definitivamente, creo que somos lo que hacemos y que constantemente intentamos superarnos.
GER
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