Clase magistral

Tengo miedo de que mi escritura se vea afectada por el poco tiempo que tengo de leer últimamente, perdón si eso se nota. Para compensar, aprovecho cosas que mi trabajo me pone en frente, así trato seguir aprendiendo el arte de contar algo.

La otra noche, antes de entrar al teatro, me puse a hojear unas revistas viejas “Maribel” que voy a usar para el documental que estoy haciendo. Sin saberlo, cursé una clase de literatura magistral. Acá les transcribo algunos apuntes de distintas materias:

INDICE:

(Foto: tres nenas leyendo, un fondo falso y fuera de foco.)

Una pausa en el paseo por el parque, para abrir un libro, y una sonrisa igualmente encantadora en las tres caritas de niñas. Tanto la morenita como la castaña y la rubia, están vestidas como conviene a su edad y a las horas de la mañana: con prácticas prendas tejidas, que se enseña a hacer en las páginas 18 y 19.

CONSEJO:

Cuando usted plancha un vestido le satisface ver que queda como nuevo. Pero quizás no se le haya ocurrido compararse a esa prenda así embellecida… Si usted no tiene una silueta perfecta (¿y quién la tiene, señor?) un “planchazo” le vendrá muy bien. Y quien puede dárselo es la masajista.

POESIA:

Pobre Soñador (Tango – Letra: J. Romero)

I PARTE

Pobre soñador que vivís en la vida

Y en vez de morfar te engrupís con poesía.

Si es que pretendés echar buena algún día,

hay que reaccionar y dejar de soñar.

II PARTE

Soñar… ¿pa qué soñar, si te va peor?

¿Pa qué contar con el amor?

¿Pa qué andar tras de las polleras

si son más malas que las fieras?

Vos naciste pa ser un soñador,

y has de serlo hasta que te mueras.

Viví, gozá, reí,

seguí mi tren,

que soy feliz y vivo bien.

CRITICA CINEMATOGRAFICA- TITULARES:

Tiene aciertos fotográficos “El beso redentor”

“Topaze” es una fotografía de la obra teatral del mismo nombre

“Cadetes” es menos que mediocre

Gracia y espectaculosidad por toneladas hay en “Torero a la fuerza”

“Entre dos esposas” es una lata

Pésimos títulos y buenos actores tiene “Te he sido fiel”

A “Casada por azar” le falta sal

Es un excelente ensayo “Los tres berretines”

Escenas de real emoción hay en “El pulpo”

En “La mujer que he creado” no pasa nada

CHISMES

La felicidad de las estatuas:

El divorcio de Joan Crawford sigue siendo comentado en Hollywood y en el mundo cinematográfico. No era feliz y por eso quería recuperar su libertad, no para buscarse una dicha que todavía no sabe si le espera en la vida, sino para dejar de ser desdichada. Pero, ¿acaso pueden ser felices las estatuas?

CONSULTORIO MUNDANO

MOROCHA AFLIGIDA. -¿Y qué quiere que yo le haga, señorita, si el hombre no la quiere, como lo demuestra por su conducta, y lo ha declarado por sus palabras? Yo creo que lo de usted tampoco es amor, sino amor propio que, seguramente, se convertiría en desilusión una vez logrado su sometimiento. ¿Medios de atraerlo? No quiero recomendarle ninguno, porque todos serían inútiles, y cuando más, correría usted un grave peligro sin beneficio alguno. Menos ha de conseguirlo cuanto más note que usted lo desea. Puede ser que, al sentirse olvidado, acuda él espontáneamente víctima del mismo amor propio que usted ahora padece. ¿Es que no hay más hombre que él en el mundo?

GOTITAS

Las miradas son el arma principal de la coquetería virtuosa. Se puede decir mucho con una mirada y, sin embargo, negar que se ha mirado, pues el lenguaje de los ojos no se puede repetir textualmente.

SE NECESITA UN AMIGO

¿Los hombres?... Vulgares monigotes que sólo se cuidan de la raya del pantalón, el nudo de la corbata y la simetría de los cuatro pelitos que usan por bigote. Me tienen hastiada con sus balandronadas. No saben más que alardear de sus supuestas conquistas. ¿Ignoran ellos que a nosotras nos aburren con su egoísmo? ¿Dónde está ese varón de temple: ese ser de moralidad sana y elevada que sepa ser dulce y áspero, bondadoso y exigente, indomable y manso? Si existe, quiero verle la cara.

¡Sólo veinte años y ya he sufrido el primer desengaño! El desengaño del primer amor: ese que no se olvida nunca. He querido mucho, como sólo se quiere una vez: pero no he sido comprendido. Ella no me creyó; y ahora sólo ansío una cosa: el desquite. Por despecho o por lo que sea. Tú, lectora, si has sufrido lo mismo que yo, me comprenderás. Ayúdame, entonces; ayudémonos, busquémoslo: juntos nos será más fácil.

(Fragmentos de revistas "Maribel" y "El suplemento" de 1930-1940)