Demasiado ilusa y autocompasiva, yo pensaba que no había mayor soledad que la del asistente de dirección. Ahora comprendo que la del director (sin asistente) es aún mucho más profunda y desamparada. Mis resabios de asistente, aún siendo mi única compañía, a veces interfieren con mi tarea junto con la plena y arrolladora conciencia de que "las excusas no se filman". Es todo conocido y nuevo a la vez, un cambio de punto de vista sobre la misma historia. En el fondo, tiene bastante poca importancia al final de los días que pasan.
sábado, 19 de septiembre de 2009
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3 comentarios:
Arriba el ánimo!!
Todos los comienzos, cambios y similares, son duros...
A mi me sirve, en esos casos, enfocar en la posibilidad que se me brinda de ser otra, de observarme en otro lugar y de jugar un nuevo personaje.
Son logros María, son cosas lindas, disfrutalo! no mires para atrás...
Lala
María, lo que sentís es la ansiedad típica que generan los cambios!
Es un nuevo desafío y como tal, genera incomodidad al principio.
Pero qué mejor que seguir creciendo profesionalmente! Te felicito!
Nota: mi trabajo no tiene nada que ver con el tuyo, pero estoy viviendo una situación similar a la tuya. Voy a cambiar mi actual trabajo, por otro que realmente representa un gran desafío para mí.
Qué nervios! Pero qué bueno también!
Desde acá te apoyamos! jaaaa
saludos,
Lau
Sí, particularmente me cuestan los cambios, soltar lo viejo y asumir lo nuevo.
Es que siento que estoy viviendo la vida de otra persona, cambiaron muchas cosas y no me reconozco. Supongo que me iré reconociendo con el tiempo.
Gracias chicas y Lau, mucha suerte a vos también con tu nuevo trabajo, todo lo mejor.
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