domingo, 3 de mayo de 2009

Por una moneda.

Estoy en la parada del colectivo y veo una moneda de un peso en el piso. Brilla y llama la atención sobre el pavimento gris. Miro alrededor, trato de distinguir algún posible dueño. Miro la moneda y vuelvo a mirar a la gente, alguien más debería reparar en ese pobre peso. Miro la moneda otra vez, y pienso un montón de cosas. 

Si agarro esa moneda siento que robo; si la dejo, que desprecio a la suerte. Si la levanto, soy una muerta de hambre; si la ignoro, me convierto en una desagradecida. Si la agarro y después la regalo, siento la limosna de dar lo que me sobra y, al mismo tiempo, regalo algo que me regalaron, cosa que nunca debe hacerse. Si la levanto y la convierto en el amuleto de mi buena fortuna, jamás podré deshacerme de ella y no me interesan las supersticiones materiales, prefiero andar liviana. Si la dejo, quizás una de estas noches frías necesite una moneda para viajar y maldeciré no haber agarrado ésta.

Mejor la agarro, pienso, pero lo único que hago es ver como un pibe que viene cruzando la calle, casi sin detenerse, se agacha y levanta la moneda de lo más panchito. Sonriendo la hace girar en el aire, se nota que tiene un buen día y esa moneda en su camino lo confirma. Y ahí va, en el aire girando despreocupada mi suerte, mi oportunidad desperdiciada, mi orgullo infinito, mi cantidad de cosas que se me van pensando. 

6 comentarios:

Nuria K. dijo...

El pibe fue a la esquina y se compró un Marroc, o diez Palitos de la selva. Vos te ganaste la posibilidad de hacer un lindo relato para tu blog. De satisfacer a tus lectores, que anciosos entran en busca de toparse con una idea nueva. Y todo por "un peso". También fue tu día de suerte. Un beso grande!

La abuela Beba dijo...

Esa fotito que tenes ahi rriba me hace acordar a cuando yo lo regañaba a mi marido.

besos querida. En cuanto sepa usar mejor esta cosa, pasare a leerte

si mi nieto no deiste en ayudarme claro. :

Anónimo dijo...

Precioso... me resulta increìblemente placentero leer su blog. La felicito.

Anónimo dijo...

leer sobre monedas cine o literatura, pero aca, es algo bueno, que esta pasando

Anónimo dijo...

Ayer me pasó lo mismo, pero era un cuarto de dólar en la facultad de sociales, donde el marxismo es ley...
Estaba a punto de dar mi ultimo final (si, soy la hermanita menor) y me pareció un mensaje demasiado claro.
Ahora que me fue muy bien, preferí pensar que era un amuleto sólo para esa oportunidad

Cecilia Atan dijo...

Me hiciste reir, hace tiempo que no me reía leyendo. Un gran gran abrazo.