miércoles, 28 de enero de 2009

Un regalo que no falla.

El libro que más regalé en mi vida es “El mundo según Garp” de John Irving. Vale para cualquiera que aprecie desde un poquitito a muchísimo la literatura. 

Les transcribo un fragmento a modo de muestra gratis:
-Por lo mucho que lees, creo que serás escritora –comentó Garp, tratando de parecer indiferente, pero ocultó, al sentirse culpable, la punta de la jabalina con el pie.
-No existe la menor probabilidad –Helen no tenía ninguna duda al respecto.
-Entonces, quizás te cases con un escritor –sugirió Garp.
Helen lo miró a los ojos con una expresión muy seria. Sus nuevas gafas ahumadas, que llevaba por prescripción médica, eran más adecuadas para sus anchos pómulos que las anteriores, que siempre se le deslizaban por la nariz.
-Si me caso con alguien, será con un escritor –afirmó Helen-. Pero dudo de que llegue a casarme.
Garp sólo había tratado de hacer una broma y la seriedad de Helen lo puso nervioso. Dijo:
-Bueno, estoy seguro de que no te casarás con un luchador.
-Puedes estar absolutamente seguro de ello –tal vez el joven Garp no pudo ocultar su dolor, porque Helen agregó-: A menos que se trate de un luchador que también sea escritor.
-Pero primero y fundamentalmente un escritor –conjeturó Garp.
-Sí, un verdadero escritor –concluyó Helen con tono misterioso, aunque dispuesta a definir el significado de sus palabras.
Garp no se atrevió a preguntárselo. La dejó volver al libro.
Resultó engorroso bajar las escaleras del estadio arrastrando la jabalina a sus espaldas. Garp se preguntó si algún día Helen llevaría un vestido distinto de ese holgado de color gris. Más adelante escribió que había descubierto por primera vez que tenía imaginación mientras trataba de representarse mentalmente el cuerpo de Helen Holm. , escribió, <tenía que imaginar su cuerpo; no existía otra forma de verlo.> Garp imaginó que Helen tenía un cuerpo estupendo y en ninguno de sus escritos dice que se sintiera decepcionado cuando finalmente lo vio.
Fue aquella tarde en el estadio vacío, con sangre de rana en la punta de la jabalina, cuando Helen Holm avivó su imaginación y T. S. Garp decidió que sería escritor. Un verdadero escritor, como había dicho Helen.

4 comentarios:

Mercedes Ruiz Acevedo dijo...

Léase urgentemente "Entrevistas del París Review", cualquiera de ellas (son varios) y especialmente el de las "escritoras", para ver distintas formas de distintas mujeres que no escribían y empiezan a escribir o escribieron siempre y empiezan a pensarse escritoras. Hay un instante en la vida de las personas, que casi siempre pasa desapercibido, en que una se para en el borde y decide avanzar hacia el lado en donde la esperan las palabras.

María dijo...

Gracias Me.
No sé si estoy en ese instante o si ya ha pasado desapercibido. Aunque quizás no sea sólo un instante sino varios y tenga una segunda oportunidad. Espero que las palabras no se cansen de esperar antes de que decida avanzar hacia ellas.
Voy a buscar las entrevistas.

Carolina dijo...

Me:

Cuáles son? Yo las quiero!

http://www.lsf.com.ar/resulta.aspx?key=paris+review&submit.x=0&submit.y=0

Dolores dijo...

Dònde puedo encontrar estas entrevistas?