domingo, 1 de febrero de 2009

Fotografías.

Son las tres de la mañana. Recién llego de comer en lo de unos amigos, Daniel y Eugenia. A las seis juegan Federer y Nadal la final del Abierto de Australia, pensaba dormir unas horas pero no puedo.

Hay unas imágenes que me rondan la cabeza y no me sueltan. Son en blanco y negro, y en todas hay una nena rubia de corte carré peinada con raya al costado. En la mayoría se está riendo y mira fijo a cámara. En las primeras es un bebé, después ya más grande, en traje de baño con voladitos, abrazada a un oso de peluche, entre familiares tirada en el pasto, de espaldas frente a unos barcos, junto a una amiga que vuelve a aparecer varias veces, en la clase del colegio rezando, de picnic, en un retrato con su madre. 

Algunas fotografías están manchadas, son de distintos tamaños y están cuidadosamente pegadas en un álbum viejo de cartón marrón que debe tener más de sesenta años. En todas está la niña, siempre impecable, como una muñeca antigua un poco diabólica, una “chucky” de época y buen gusto. Son las fotos de la niñez de una mujer. 

Dani compró el álbum en el mercado de San Telmo. El vendedor había etiquetado la tapa con uno de los títulos más dulces que leí en mucho tiempo, escrito con marcador negro y reforzado con un resaltador naranja: “La niña, el oso de peluche y el oso real”. Y más abajo garantizaba: “(Magnífico álbum de fotos)”. En un costado, chiquitito, un código: (w100), supongo que a pesar de su creatividad para titular esa infancia ajena no dejaba de ser para él un artículo más. Y se lo vendió a Dani por setenta pesos.

“La niña” está claro, está en todas las fotos. En algunas posa con un “oso de peluche”, si no recuerdo mal aparece con varios osos de peluche diferentes. Sólo en una de las muchas fotografías, llegando al final, se ve un circo desfilando y, entre la gente, un hombre de uniforme marcha junto al “oso real”, que tiene tanta presencia como un extra cualquiera.

De que el álbum de fotos es magnífico no hay dudas. Cómo llegó a ese puesto de San Telmo, a las manos de Dani, quién es esa niña, dónde estará hoy, será viejita o ya habrá muerto, cómo se separó de ese objeto tan suyo, qué pasará con las fotografías de mi infancia, quién resumirá con esa poesía los años de mi niñez, es lo que no me deja dormir.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola, buen post!!

Anónimo dijo...

Me encantó tu blog!
Llegué a esta dirección por Bestiaria, que sigo hace un tiempo ya y fue inevitable quedarme un largo rato leyendo tus artículos; que me resultaron muy entretenidos.
No pude resistirme a subir a mi blog la frase de Be Kind Reward y el poema de Cortázar, son geniales. Y me anoté, de paso, algunos títulos de los libros que nombrás y planeo en los próximos días pasar por alguna librería y buscarlos! en fin... felicitaciones!

María dijo...

Hola Eugenia. Me pone contenta tu comentario.
Esa era mi intención cuando empecé a escribir este blog. Compartir cosas que me gustan o me inquietan con los demás.