Son esos pensamientos personalizados, tuneados por nosotros mismos, obsesiones profundas que nos poseen de repente, como quien no quiere la cosa, cada tanto y en cualquier lugar entran a la cabeza como pancho por su casa.
Viejos con aires de familiares, estos malditos repiten frases que nos sabemos de memoria. Hablan solos, ignoran la lógica y cualquier tipo de terapia. Son combativos y se creen con derecho al tormento por antigüedad, persistencia y porque en algún momento les dimos cierto reconocimiento.
Pero hay que cortar con esos confianzudos, poner distancia y empezar a mirarlos desde lejos, hacer de cuenta que no los conocemos. Entonces los muy necios, sintiéndose ignorados y llenos de orgullo, también pretenderán ser extraños.
Pero ojo, aprendida la lección y con los tiempos que corren, no hay que abrirle nunca, pero nunca más, la puerta a un pensamiento circular cualquiera disfrazado de reflexión desconocida.
10 comentarios:
muy bien escrito!
Cómo agotan esos pensamientos...y cuánto nos dañan! a hacer oídos sordos, che! :)
con una amiga le decimos "la batidora".. estás tranquila hasta que te pasa algo que te inquieta y entrás en la batidora: mezclás eso con todo lo que siempre está (los circulares) y lo que era sólo un problemita se convirtió en un mix espeso que te cae fatal. no a la batidora!
y si es en espiral y no te das cuenta que estás girando?
Eve, es así. Esa batidora hace unos licuados pesadillezcos nada fáciles de digerir.
Y creo que te das cuenta de que estás girando cuando pasás dos veces por el mismo lugar. Cuando estos pesados insisten sobre cosas que dábamos por terminadas... Vuelven sobre lo mismo, y ciertos raptos de lucidéz ayudan a reconocerlos. Hay que aprovechar uno de esos conos de luz y salir del espiral, cortarlo y hacerlo viborita hacia afuera, escapar.
Y que pasa si esos pensamientos circulares de repente se hacen obesos? Hay que hacer dieta de pensamientos? Ayudará Cormillot? He.
Entonces: ¿A quien le abrimos la puerta?
y si te obsesionas con no obsesionarte con los pensamientos circulares, si terminas cerrandole la puerta a todos o casi todos los pensamientos q se aproximan, entras en otra clase de batidora?
"Por lo menos le disparé a algunos problemas y se quedaron inmóviles." (Peter Handke, "El peso del mundo")
"El pensamiento tiene la propiedad de que prefiere pensar, además de sobre sí mismo, sobre aquello que puede pensar indefinidamente." (Lucinde)
"Hago todo esto nada más que para la cabeza... Para frenar la máquina de pensar en Gladys", dice el escritor. ¿Quién es Gladys? ¿Una ex novia? "No, no, ése es el título de un libro de Mario Levrero", aclara. "Es un libro de ciencia ficción que se llama La máquina de pensar en Gladys. Para mí, el título es extraordinario", completa riéndose. "Cuando yo no hago karate se activa la máquina de pensar en Gladys. Es como una máquina porque es algo que entra a funcionar y te destruye. Pensás en cualquier cosa." (Fabián Casas)
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