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La idea de esta novela se le había ocurrido a Ella en un momento en que se sorprendió a sí misma arreglándose para salir a cenar con unos amigos, después de haber decidido no ir. Se dijo, bastante sorprendida de la idea: Es exactamente así como me suicidaría. Me encontraría en el trance de echarme por una ventana abierta o de abrir el gas en un cuarto pequeño y cerrado, y me diría, sin emocionarme y con la sensación de comprender al fin algo que debería haber comprendido mucho antes: "¡Dios mío! ¡Y esto es lo que quería hacer durante todo el tiempo!". ¿Cuánta gente debe suicidarse de esta forma? Uno siempre se lo imagina como un arranque de desesperación o un momento de crisis. Sin embargo, para muchos debe de ocurrir exactamente de esta forma, deben de sorprenderse ordenando papeles, escribiendo cartas de despedida, incluso llamando a amigos, de buen humor y amablemente, sintiendo casi curiosidad... Se deben de sorprender a sí mismos metiendo periódicos por debajo de las puertas, por la ranuras de las ventanas, totalmente calmados y eficaces, diciéndose con imparcialidad: "¡Vaya, vaya! ¡Qué interesante! ¡Qué raro que no me hubiera dado cuenta antes!".
("El cuaderno dorado", Doris Lessing)
1 comentario:
Gabriel Bañez (escritor argentino) sobre el suicidio:
"Como si todos salieran a hablar de los niveles de glucosa después de que un tipo muere por coma diabético. No. Es muerte natural. Pues bien el suicidio debe ser la más natural de todas las muertes, la que sobreviene por decisión propia".
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