lunes, 13 de octubre de 2008

Pobres...

Me hacen ilusión los anotadores nuevos, me encantan. Empezar un cuaderno en blanco me da la sensación de que ahí sí van salir todas las ideas que andan trabadas y sin ganas de moverse. Hasta puedo decidir cambiar de letra si quiero. Y siempre tengo la esperanza de mantener una prolijidad inicial que inevitablemente termino perdiendo con el pasar de las hojas. 

Lo primero que escribo en un anotador es fundamental. Sienta las bases de todo lo que vendrá después y será causante tanto de la explotación como del abandono del mismo. De eso dependerá que viva en mi cartera, que esté siendo juzgado sobre mi mesa o que se archive por tiempo indefinido en mi biblioteca. 

Si empiezo un cuaderno a lo diario íntimo jamás podré utilizarlo después para la lista del supermercado. Si las primeras notas son recetas de cocina nunca las seguirán ideas para cuentos. Si uso un anotador para alguno de mis trabajos, triste será su destino, vivirá por siempre de comercial en comercial hasta el fin de sus hojas. 

Debo reconocer que tengo muchos cuadernitos varados con la mayoría de sus páginas sin usar. Algunos se sienten abandonados, como las esposas a las que dejan por una chica más joven. Otros me esperan expectantes, no saben, pobres, que algo de eso hay, que a mi me hacen muchísima ilusión los anotadores nuevos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

hace tiempo compre un moleskine, esta sin usar, esperando algo importante...me daria pena arruinar sus hojas con una lista de pendientes

Llegó querida! dijo...

no se quien sos pero me encantó tu blog!
que lindo que escribis!
Un saludo

Caudor dijo...

¡Cuadernera!

Carolina dijo...

Ay gordi, no se entiende lo de "cuadernera"!

Caudor dijo...

Ay Carolina, no se entiende lo de "gordi".

Y para volver al tema, a mí me regalaron un cuaderno japonés, le hice un par de garabatos y después me dio pena seguir usándolo.
Hay gente, en cambio, que puede escribir sobre cualquier cosa, me acuerdo que Byron dejó, a fuerza de martillo, sus iniciales en el Partenón.

Umma Mur ¬_¬* dijo...

Hace tiempo compré un gordo cuaderno amarillo. No recuerdo si pensé usarlo de diario intimo suponiendo que al día de hoy contaría un sinfin de noviazgos, o si,por un instante, me creí un proyecto de García Marquez. Como haya sido, fue esperanzador el hecho de comprarlo taaaan gordo. Sus hojas siguen recibiendo mis delirios. Todavía no siento la necesidad de inagurar uno nuevo.
Saludos...
Muy bueno el blog!!