Definitivamente el desayuno es la comida más noble del día. El almuerzo, por ejemplo, es pasatista. El té es un tanto oportunista y la buena cena siempre queda opacada por el buen vino.
Me encanta la mañana ilusa de comienzo. Me da placer hacerme las tostadas con el pan casero que sólo hacen en tal lugar, tomarme el trabajo de exprimir las naranjas y batir la leche para el café.
Hay veces que me hago el desayuno mientras “me pongo al día” con la radio. Hay otras que los sueños todavía me revuelan en la cabeza y prefiero seguir escuchándolos un ratito más. Cada tanto, me llama una amiga y me obliga a desayunar con ella por teléfono.
Será simplón decir que un buen desayuno predice un buen día. Será simplón pero para mi es así.
4 comentarios:
El desayuno es muy importante...
Más si es como en tu casa, con las alguitas mágicas!!!
ahhhhh!!!!
avisenle a la web que me separé!!
que terror la aparición de esa doble identidad
jaja queda notificada, lo que no sé es cuánto tiempo tadan en devolverte tu nombre de soltera.
"Lo dejé para después del desayuno; a veces el desayuno me aclara un poco las ideas." ("La novela luminosa", Mario Levrero)
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