lunes, 21 de diciembre de 2020

El año del mono

"Nuestros sueños son una segunda vida."

-Algunos sueños no son sueños, sino otro ángulo de la realidad física.
-¿Cómo debería interpretar eso? -le pregunté.
-Lo que pasa con los sueños -me aclaró Ernest- es que las ecuaciones se resuelven de un modo enteramente único, la colada se queda tiesa al viento y nuestra madre muerta aparece de espaldas.

Recordé que una vez, de niña, me había sentado con mi tío en un parque delante de una efigie similar de tres monos. ¿Qué mono preferirías ser?, me preguntó. ¿El que no ve el mal, el que no dice el mal o el que no oye el mal? Me entró un leve mareo, pues temía equivocarme al elegir.

-No hay jerarquía. Ese es el milagro de un triángulo. No hay cúspide ni base ni favoritismos. Despréndete de las etiquetas de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y sustitúyelas todas por amor. ¿Entiendes a qué me refiero? Amor. Amor. Amor. Un peso equitativo que abarca la totalidad de la llamada existencia espiritual.

Todo estaba tan cerca, los rayos del sol, la dulzura, la sensación del tiempo perdido para siempre...

Paró de llover, pero el viento persistió. Y lo que era verdad continuó siendo verdad.

Hay misterios que resolver y hay misterios que se resuelven solos.



(Fragmentos de "El año del mono", de Patti Smith)

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