miércoles, 4 de abril de 2018

La azotea

Fingí estar tranquila pero la espalda se me puso rígida y sentí un tirón en la nuca, como si se me hubiera formado un coágulo de pensamientos y de palabras. Le habría querido decir a papá que el mundo se hundía, que nosotros éramos el único mundo posible y que, de todas formas, terminaría por odiarlo. Pero me salió otra cosa, incontrolable y llena de furia:
-No hay rambla ni plaza ni iglesia ni nada. El mundo es esta casa.

(Fragmento de "La azotea", de Fernanda Trías)


No hay comentarios: