Un cuestión de inversión. Tener novio siempre me dio culpa, la culpa del hedonismo, cómo le vas a dedicar tiempo a eso habiendo tanto para hacer. A veces pienso que formar una pareja es un modo de anular o minimizar el tema de la sexualidad y el amor; como a los futbolistas, que los hacen casarse para desactivar esa pulsión, para tenerlos amansados: la pareja se forma para poder dejar de pensar en eso. Cuando la gente forma pareja ya no necesita comunicarse y eso los pone automáticamente más torpes, más impedidos, respecto de todo el resto pero en consecuencia de la pareja misma, claro, también. Ahí es donde entra a funcionar eso de cómo es que uno se acerca a alguien por cosas que le gustan de ese alguien , las mismas que después intenta serrucharle sin pausa para desprender, desaforar al otro de sí mismo. Y una vez que lo consigue, si es que lo hace, claro ahí le pierde el respeto al desposeído. Y ahí vamos otra vez con la contradicción: no formo pareja porque me parece un lujo innecesario, pero de ese modo lo único que hago es darle más espacio no pudiendo dejar de pensar o tratar de entender de qué se trata todo eso de compartir las cosas con alguien.
(Fragmento de "Acá todavía", de Romina Paula)
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