sábado, 1 de octubre de 2016

Mujer bajando una escalera

Para ser joven debe uno tener esa sensación de que todo puede arreglarse, todo lo que ha salido mal, todo lo que hemos perdido o lo que hemos estropeado. Si ya no tenemos esa sensación, si consideramos que los acontecimientos y las experiencias son irrecuperables, es que ya somos mayores.

Siempre que estoy en un país extranjero me pregunto si sería más feliz allí. Siempre que voy por la calle y veo en una esquina a unas personas hablando y riendo, pienso que, si viviera allí, también yo estaría tan contento en esa esquina hablando con unas personas.

¿Sucede eso con las cosas que no acaban? Pero es que las cosas no se acaban, somos nosotros los que las acabamos.


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