lunes, 22 de febrero de 2016

Ardillas

No sé cuándo ni exactamente por qué comencé a sentir que estaba desperdiciándome en burbujas provisorias, postergando siempre un poco más el momento de caer en el limbo donde todo era posible, incluso la muerte o el amor. Entonces de nuevo, un nuevo lugar, con una beca más o menos generosa, casi siempre escasa, y el mismo esfuerzo de tocar y ser tocado más de cerca por un grupito de personas que desconfían unas de las otras o apenas se toleran mutuamente y que uno nunca más verá luego de que aquello termine. Yo me consideraba y era frecuentemente considerado escéptico y snob, eventualmente un pobre muchacho tímido del este. Para mí era apenas cuestión de no pensar. Yo era una ardilla juntando cosas para un día renunciar de verdad y después renunciar a renunciar.

(Fragmento de "Ardillas de Pavlov", de Laura Erber)

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