viernes, 26 de diciembre de 2014

En el café de la juventud perdida

No bien hizo esa confidencia en voz baja pareció arrepentirse. En los días anteriores a la desaparición, ¿le había notado algo de particular? Pues sí, cada vez le hacía más reproches en lo referido a su vida cotidiana. La vida de verdad no era eso, decía. Y cuando él le preguntaba en qué consistía exactamente la VIDA DE VERDAD, ella se encogía de hombros, sin contestar, como si supusiera que no iba a enterarse de nada de lo que le explicase. Y, luego, recuperaba la sonrisa y el buen talante y casi se disculpaba por haberse puesto de mal humor. Ponía cara de resignación y le decía que en el fondo todo aquello no tenía mayor importancia. A lo mejor algún día entendía qué era la VIDA DE VERDAD.

2 comentarios:

Don Julio dijo...

qué interesante no?
tal vez algún día yo también lo sepa.
Aunque para mi la cotideaneidad es algo sumamente parte dela vida da verdad, esa que nombran.
Ser feliz oyendo un pajarito en mi jardín cuando me levanto todas las mañanas....eso es VIDA!!

soy feliz con mucho
y muy feliz con poco.

un abrazo.

Me encanta tu blog

María dijo...

Hola Don Julio,

Me alegra mucho que te guste el blog. Gracias.

Supongo que la idea de "vida de verdad" es una idea de juventud temprana, una utopía, un ideal, algo de lo que se habla pero que no se tiene la más mínima idea de qué es... Y a medida que pasa el tiempo cada uno va descubriendo su propia "vida de verdad". Para mí es hacer lo que me gusta la mayor cantidad del tiempo posible. Y no hacer nada que no quiera, exceptuando aquellas cosas que tenga que hacer aunque no me gusten por un objetivo mayor que sí tiene que ver con la "vida de verdad" que fui descubriendo que quiero para mí misma.

Saludos, y vuelvo a agradecerte por tus palabras.