martes, 11 de marzo de 2014

Simón sobre la naturaleza humana:

Es la forma en que estamos hechas las personas, tú y yo, Alvaro, el señor Daga y todo el mundo. Es cómo somos cuando nacemos. Es lo que todos tenemos en común. A todos nos gusta creer que somos especiales. Pero, hablando estrictamente, eso es imposible. Si todos fuésemos especiales, no habría nadie especial. Y aún así continuamos creyendo en nosotros mismos. Bajamos a la bodega del barco, entre el polvo y el calor, nos echamos sacos a la espalda y los sacamos a la luz, vemos a nuestros amigos esforzarse como nosotros, hacer exactamente el mismo trabajo, no tiene nada de especial, y nos sentimos orgullosos de ellos y de nosotros, compañeros trabajando por un objetivo común; sin embargo, en un pequeño rincón de nuestro corazón, que no dejamos ver a nadie, cada cual susurra para sus adentros: "Aun así, aun así eres especial, ¡ya lo verás! Un día, cuando menos te lo esperes, sonará el silbato de Alvaro y nos pedirán que nos reunamos en el muelle, donde estará esperando una multitud y un hombre con un traje negro y sombrero de copa; y el hombre del traje negro pedirá que te adelantes y dirá "Contemplad a este obrero singular, con el que estamos tan satisfechos", y te estrechará la mano y te prenderá una medalla en la pechera: Por Servicios Más Allá del Deber, dirá la medalla... y todos te aplaudirán y vitorearán." Tener sueños así es parte de la naturaleza humana, aunque lo más inteligente es acallarlos.

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