Los
escasos fieles lectores de este blog saben que no acostumbro a escribir
críticas negativas. Las películas que no me gustan las destrozo verbalmente a
la salida del cine; los libros que no me interesan los dejo por la mitad y las
obras de teatro que aburren las olvido como a un mal rato.
Ayer
terminé, por fin, de leer “Contarlo todo” de Jeremías Gamboa. Lo compré en el
aeropuerto, antes de partir a un viaje de trabajo que duró casi un mes. Quería
leer algo que me mantuviese conectada con la escritura y esta era la
historia de un hombre que al fin logra escribir después de mucho tiempo.
Pero
el único párrafo rescatable es en el que el personaje-autor describe su propia
escritura a los ojos de sus amigos: “Algunos meses después, cuando tanto él
como Ramírez Zabala pudieron articular mejor sus impresiones, Lisboa entendió
que sus textos eran una suma de palabras relativamente bien escritas pero que
entre ellas, en sus intersticios, no ocurría nada –o al menos, como le dijo
Ramírez Zabala, “nada vivo”-.
A
veces necesitamos ver el negro para reconocer el blanco. Y gracias al libro poseo una
nueva verdad personal, el libro es mi prueba, la evidencia que demuestra que un escritor no es una persona que escribe, que poner una
palabra detrás de otra y llenar quinientas páginas, puede no significar nada en absoluto. ¿Por qué seguir leyendo? Quinientas páginas.
Quería
ver hasta dónde llegaba Gamboa con sus intimidades superfluas y sus
imposibilidades creativas. Para ser honesta, en el fondo el libro tiene algo muy genuino. Jeremías Gamboa escribe las razones por las cuáles claramente no es un
escritor, a pesar de su inmenso deseo de serlo. Lograr, el gran triunfo final
del personaje, “contarlo todo” no alcanza. Ni mucho menos.
9 comentarios:
Muy bueno el comentario, a veces contarlo todo es. No decir nada! beso! gloria
Hola Gloria, qué bueno que te gustó, es cierto, a veces menos es más y en el caso de este libro aplicaría bastante. Un beso!
Quinientas páginas y nada...¡qué bajón!
Hola Diana! Quinientas siete, para ser exactas. Y nada... Besos
Jajaja y un dato más: a este pibe, el tal Jeremías, lo elogió Vargas Llosa. Entonces, usando la ley transitiva, diré que mi hipótesis sobre Vargas Llosa y muchos escritores que él "alaba" son ciertas: son un bodrio. Creo que ahora entiendo por qué Vargas Llosa husmea en el pupo de todo el mundo, pasando por la política y hablando hasta del clima.
Quinientas páginas es un montón de minutos menos de vida... te entiendo, María... ¡Vargas Llosa debería retribuírtelo con una vida, así, como en Candy Crush! :)
Para que sigas digiriendo:
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/Jeremias-Gamboa-Contarlo-todo_0_1064293581.html
Hola Miguel Angel!
Sí, por esa nota compré el libro.
"Nadie te puede enseñar a escribir", gran título y muy cierto.
Volviendo a pensar en esto, la verdad es que el libro me ayudó a entender esa frase. No importa cuántas ganas tenga una persona de ser escritor, y eso es lo que quiere este Gamboa: "SER ESCRITOR", como ser famoso o algo así. "SER ESCRITOR" y llegar a que te hagan notas en los diarios y contar cómo llegaste a publicar un libro, al fin. Ese es el único tema de este hombre, no tiene nada más para decir. Espero su próximo libro, con ansias. Y también encontrar alguien más que haya leído este (entero) para sentirme más acompañada.
Saludos y qué bueno que pasaste por acá.
Miguel Luis ;)
Sí, perdón! Quise escribir Aguilera y me salió Angel. El inconsciente. Ahora sé algo más de vos, Luis.
Saludos!
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