-Nunca despreciar un baño decente. Aunque sin ganas, descargar lo poco que haya. Lavarse las manos, mirarse al espejo. Nunca está de más.
-Nunca despreciar un bebedero público (sólo si se tiene en cuenta el consejo anterior).
-Llevar una bolsa de tela plegada en la mochila o bolso de uso diario.
-Guardar el mapa como un tesoro. Los mapas son como las pinzas de depilar, no da lo mismo cualquiera. Lleva tiempo acostumbrarse a un mapa nuevo.
-Gastar dinero en calidad de vida antes que en objetos. Valen más las experiencias que las cosas.
-Nunca hacer el mismo camino, cambiar los recorridos de vuelta al hogar fuera del hogar.
-Descansar mirando, aprovechar las pausas para mirar a la gente. Tomar notas.
-Alternar zapatos cada día. No repetir el mismo calzado dos días seguidos.
-No hay apuro. Estar en cada lugar como si tuviésemos todo el tiempo del mundo. Es preferible ver algunos lugares que ninguno (ninguno=todos).
-Combinar, en un mismo día, un museo con un paseo por un barrio. Nunca dos museos, nunca dos barrios.
-No sacar una foto. Mirar y tocar.
-Llevar siempre un cuchillo.
-Llevar siempre un cuchillo.
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