viernes, 28 de septiembre de 2012

Nora Ephron sobre las experiencias:

Fue en 1979: Nora Ephron estaba casada aún con Carl Bernstein, uno de los dos periodistas del Watergate, el segundo de sus maridos y padre de sus dos hijos –Jacob, de un año de edad, y Max, del que todavía estaba embarazada–, pero el matrimonio ya se encontraba en escandaloso proceso de separación y divorcio. Ella había descubierto que él la engañaba con la esposa del embajador británico. El diplomático la llamó y le dijo: “Deberíamos encontrarnos”. “Así es”, coincidió ella, y arreglaron una reunión en un restaurante chino de Connecticut, lejos de donde pudiera seguirlos la prensa. Al verse en la entrada del local, los cornudos públicos se abrazaron, lloriqueando, y ella, con su panza, le dijo: “Peter, ¿no es horrible?”. A lo que el político respondió, algo teatral e incomprensiblemente: “Sí, sencillamente horrible. ¿Qué le está pasando a este país?”. “Sin dejar de llorar”, contó Ephron años más tarde al recordar aquel episodio, “cuando dijo eso pensé: esto es graciosísimo. Sabía que algún día podría escribir sobre ello”. Dos años más tarde publicaba una novela que (apenas) ficcionalizaba todo el desastre matrimonial, de adulterio, decepción y divorcio. El libro fue un best-seller llamado Heartburn, y no mucho después fue una película dirigida por Mike Nichols, con Jack Nicholson como Bernstein, Meryl Streep como Ephron, y guión de la propia novelista. La película, que acá se conoció como El difícil arte de amar, fue un éxito enorme y hoy es un pequeño clásico de la comedia dramática de los ’80. Bernstein amenazó con demandar legalmente a su ex, pero se lo desaconsejaron, y se echó atrás. “El asunto es que, aunque yo estuviera loca de atar, esto es lo que hacés si sos un escritor”, explicó Ephron. “Para eso está tu vida: para alimentar al animal.”
(Fragmento de un artículo sobre Nora Ephron en Radar)

1 comentario:

mara dijo...

brillante