Ayer vomité en la calle. Qué asco, dirán, cómo pudo pasarte algo así. Seguro estarías borracha; o embarazada. Pero no, eran las tres de la tarde y simplemente me sentí mal en una calle de Palermo. La pregunta para mí es la opuesta: ¿cómo nunca antes me había pasado algo así? ¿Por qué siempre vomité en mi casa o en la de algún conocido cercano? ¿Tan domesticado tengo al malestar? Vomitar es como llorar o reír (¿como parir?) y reprimirlo es peor, viene más y con más fuerza. Es mejor largarlo todo, hasta la última lágrima, que no quede nada guardado; mejor vomitar en la calle que en un taxi o en el colectivo.
domingo, 15 de abril de 2012
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3 comentarios:
Recién Leo en "ñ" una nota llamada "Anatomía y valor del asco":
"El asco esta teniendo su momento de gloria en tanto los científicos descubren que va mucho más allá de causar una sensación en el estómago. Por ejemplo, protege a los seres humanos de las enfermedades y los parásitos, y afecta prácticamente todos los aspectos de las relaciones humanas, desde el romanticismo hasta la política."
me quedé pensando sobre el asco en el amor... me quedo pensando si es que despues de sentir asco se puede serguir enamorado o por lo menos algo parecido.
Hola Maqui,
Me interesa mucho tu primer comentario. Yo creo que el asco tiene que ver con no "tragarse" cualquier cosa, en mi caso yo recién estoy descubriendo lo que me gusta y lo que no y creo que el asco tiene que ver con discriminar... Con devolver lo que no me gusta y no tragármelo... Ultimamente pienso mucho en "el asco".
Saludos y gracias por el comentario,
María
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