Vuelvo a escribir como se vuelve de un viaje, como se sale de una clínica después de haber estado internada. Vuelvo y no me acuerdo muy bien cómo se hace, qué palabras, cuándo y por qué; los espacios, las comas, esta última ese, de dónde viene la palabra “coma”, es todo nuevo cuando vuelvo a escribir.
Afuera llueve, truenos muy fuertes interrumpen a la voz que me dicta, hacía tanto que no la escuchaba y me pregunto si estaba callada o si siguió hablando todos estos días, como una loca, para nadie. Todavía la siento débil, desconfiada, a veces se calla y el cursor titila, esperando.
Cuando no escribo siento menos, las cosas desaparecen, no se me ocurre nada; leo y pienso mal, sin consistencia; no relaciono. Cuando no escribo me distancio de todo, desaparece la fantasía, no hay más, la lámpara es una lámpara, la lluvia es lluvia y mirá como cae pero hasta ahí. Cae y se queda.
Volver a escribir es como despertarme de una pesadilla, como entrar a una cabaña con chimenea y sopa casera servida después de haber caminado descalza en la nieve, de noche. Es como las caricias y los besos; un abrazo. Es como el sol que seguro sale mañana, o pasado. Así es volver a escribir.
4 comentarios:
excelente. se la extraño.
qué linda sorpresa volver a encontrarte, maría.
sí que te extrañamos ( y lo escribo en plural porque estoy segura de que no soy la única)
un beso,
laura
Beroldo esta en lo correcto, somos algunos los que te extrañamos. Ese último post con el que nos dejaste sobre el silencio me preocupaba, pensé que lo habías hecho para siempre. Un gusto -y alivio- leerte de vuelta, como siempre me encanta.
-E.M. (La misma E del post sobre "La Intimidad" ;)
Gracias a los tres!
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