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Mi padre no respondió. Movió los labios sin decir nada, y me di cuenta de que no quería comentarle nada. Tan sólo intentaba impedir que Lucy y yo charláramos con Dwayne, a quien al parecer consideraba un amigo especial que no tenía ganas de compartir. Con independencia de la inveterada afición de mi padre por los desconocidos, me desconcertaba que le hubiera cogido un cariño tan exagerado a aquel jugador. Aunque quizá aquello se debía a que sabía que cada vez le resultaba más difícil comunicarse con Lucy y conmigo. Sentía lo espantosamente humillante que eso resultaba, y sólo se encontraba cómodo junto a alguien con quien no tuviera un pasado que olvidar.
(Fragmento del cuento "Ejecutores de energías importantes", en el libro "Todo arrasado, todo quemado" de Wells Tower)
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