Yo creo en el enemigo. Las pruebas de la existencia de Dios son frágiles y bizantinas, las pruebas de su poder son todavía más inconsistentes. Las pruebas de la existencia del enemigo interior son enormes y las de su poder son abrumadoras. Creo en el enemigo porque todos los días y todas las noches se cruza en mi camino. El enemigo es aquel que, desde el interior, destruye lo que merece la pena. Es el que te muestra la decrepitud contenida en cada realidad. Es aquel que saca a la luz tu bajeza y la de tus amigos. Es aquel que, en un día perfecto, encontrará una excelente razón para que te tortures. Es aquel que te hará sentir asco de ti mismo. Es aquel que, cuando entreveas el rostro celestial de una desconocida, te revelará la muerte contenida en tanta belleza.
(Fragmento de “Cosmética del enemigo”, de Amélie Nothomb)
2 comentarios:
Cuanta verdad en tan escasas palabras, nunca mejor definido.
Te felicito María por la elección.
lala
Gracias, Lala!
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