En los viajes la gente quiere llevarse todo a su casa, quiere volver a caminar las calles con la mirada en la pantalla de una computadora, recordar el sabor de las ostras, mostrar los peces ahí estuve mirá qué lindo qué bien la pasamos y posan con la estatua, con el cuadro, la torre, el chinito del mercado. La gente saca fotos para retener, porque la memoria no alcanza ni dura.
Yo recién vuelvo de viajar bastante por trabajo, amores, amigos. Llevé mi cámara de fotos pero la pobre no salió ni una vez de mi cartera. No podría probar dónde estuve todo este tiempo, quién me besó, de qué me reí, por qué estaba cansada. Las imágenes del viaje que guardo en mi cabeza son confusas, como los sueños, no son nítidas como esas fotografías que después se hacen pasar por recuerdos.
Una imagen es una idea. Si le saco una foto, esa idea desaparece de mi cabeza, la mato con la cámara porque no tiene necesidad de quedarse boyando esperando para salir a sorprenderme en cualquier momento, se escapa a través del lente y queda bien almacenada en un lugar que no me sirve, un sótano digital que tal vez nunca vuelva a ordenar. Los indígenas creían que las fotos les robaban el alma, a mí las fotos me roban las ideas.
4 comentarios:
Algo de eso comparto con vos. Las personas tienden a estar en medio de un viaje de placer y piensan en el regalito para tal o cual, el recuerdo para la mesa ratona o el perfil de la estufa hogar, o bien sacar millones de fotos que van desde la morisqueta hasta la pose sexy en los monumentos o paisajes visitados.
Sin embargo lo único que siempre se tiene a mano es la vivencia respaldada por el atesoramiento de recuerdos y la percepción de los sentidos.
La gente tiende a no disfrutar en sus viajes sino a cansarse más. Si se disfrutara más se viviría mucho mejor.
Me gustó lo que decís de los indios y su creencia con las fotografías.
Como siempre, un buen blog que suelo leer este tuyo.
Saludos.
Gracias Miguel. Sí, a veces por querer "capturar" el momento nos privamos de vivirlo...
yo comparto sus opiniones. Hace poco estuve de viaje por bastante tiempo y pensé mucho en eso.
Una vez, con una clase, fuimos al Museo Judío en Berlín. Es una obra decontractualista de Libeskind. El hombre trabaja mucho con la noción de "void", o espacio vacío. El edificio tiene muchos, pero solamente uno se puede acceder. Se llama "Torre del Holocausto", es un trapecio irregular altísimo en el que apenas entra un poco de luz de afuera, si es que está soleado. Además, está construído con concreto, de manera que es bastante fresco.
Uno entra, casi siempre en grupos. La idea es que no se abra muy seguido la puerta, para no arruinar la experiencia de ese espacio. Algunos dicen que es como los trenes que llegaban a los campos de concentración, otros hablan de la cámara de gas. Bueno, cuestión que ahí estaba yo, sentada en el piso tratando de entender qué significaba para mi todo esto, cuando me distrajo el pip pip de una compacta digital. Una mujer de unos cincuenta años, con la audioguía colgada del techo, había sacado una foto a la rayita de luz que entraba. Me arruinó la experiencia.
Yo sé que a veces soy medio cabrona, pero esa vieja es una pelotuda. Qué va a hacer con esa foto? Se la va a mostrar a las amigas, mientras toman té? Seguro dice algo como "guau, es una experiencia re fuerte".
YO SACO ALGUNAS...ES COMO PARAR EL TIEMPO....NO ME GUSTA LA FOTO EN EL PAPEL ...AMO LA FOTO EN LA MAQUINA....Y CUAANDO VIAJO, O TENGO ALGUN RATO SUELO HACER UN COLLAGE CON LAS FOTOS: POR EJEMPLO COMO CCRECIERON MIS HIJOS, MOMENTOS MUY DIVERTIDOS DE LA FLIA, DE AMIGOS,ESAS COSAS ME INSPIRAN, ME DAN MUCHA CREATIVIDAD, ES UNICO ES MIO, EN MI TIEMPO EN DISTINTAS EPATAS...EN UN SOLA FOTO.
BESOS MARÍA
Publicar un comentario