Dudé con el título, también me gustaban “Más corazón que cabeza” o “En qué cabeza cabe la cabeza”. No la aguanto más y quería compartirlo con ustedes. Pensar tanto hace mal, las voces se contradicen y se anulan entre sí. Las versiones, las vidas posibles, las dudas, los análisis, las culpas, los porqués, cuándo, quién, abomban, perturban, no dejan espacio y me cuesta respirar. En fin, lo que quiero escribir es muy simple, quizás sea hasta tonto: quiero sacarme la cabeza de encima.
domingo, 29 de agosto de 2010
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4 comentarios:
me permito pasarte otro link ;)
http://diasdeuma.blogspot.com/2010/08/paseos.html
Todos queremos hacer eso de vez en cuando pero vayamos a lo que sí es posible hacer:
cuando estoy en ese estado, trato de hacer las cosas que usualmente no elegiría hacer. Es decir, actividades que, dentro de mi pretencioso pensamiento, se ubicarían en la categoría de superficiales.
Por ejemplo, hace unos meses me sentía abombada por todo lo que estaba haciendo al mismo tiempo y entonces me convencieron de relegar un día de la semana y hacer una especie de gimnasia combinada con un arte marcial (¡te diría el nombre pero no lo recuerdo!). Te aseguro que no sólo me maté de la risa sino que no pensaba en nada durante esa hora que duraba la clase. También comencé a jugar al paddle con amigas el fin de semana. Ninguna hacía actividad física y hacer ésto nos sirvió para movernos,reirnos y descargarnos.
Otra cosa que suelo hacer es mirar alguna película de esas que llaman " pasatista". (Para vos quizás aconsejarte ésto sea un insulto pero a mí me ayuda a no pensar).
De todo, lo que más me convence es el deporte. La cabeza no puede separarse del cuerpo, por eso, a veces, no alcanza con la terapia convencional. Necesitamos terapia para la cabeza pero también terapia para el cuerpo. Así logramos, más o menos, un equilibrio que nos hace sentir mejor.
¡Ya escribí demasiado!
Un abrazo María. No hagas lio y cuidate. =)
Laura
Un punto importante que tomo de Laura... creo que muchas veces sólo nos preocupamos por hacer una buena terapia convencional. Entonces pasamos a psicoanalizamos constantemente, con lo cual empezamos a vivir el pasado una vez más con la idea de perfeccionarlo para mejorar el futuro que nos está castigando (porque es así, no es cierto?) Pienso que con tanto análisis dejamos de vivir un poco. Perdemos espontaneidad y también la energía que deberíamos poner para lo que realmente queremos,por ejemplo: para lo que de verdad soñamos construir para el día de mañana.Si nos desprendieramos un poco de lo que hicimos y sólo pensaramos en lo que debemos hacer...los resultados serían diferentes.
maria:de los laberintos se sale por arriba, solamente hay que saber elevarse y ver la salida, uno siempre tiene la respuesta-
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