martes, 20 de julio de 2010

Evasión

Hace unos días volví de un viaje que me dejó completamente desprogramada. Hoy me propongo escribir después de haber pasado la tarde con Berni en el Museo Nacional de Bellas Artes. Tengo ganas y notas que hice entre los cuadros, tengo ideas y las manos despiertas. Música clásica, me hago un té del más rico y ordeno un poco la mesa. Conecto mi computadora para intimar con ella las próximas cuatro horas y uy, mensaje de texto: ¿Estás? Paso por tu casa en cinco con una cerveza. Mi mano se mueve sola, aprieta el teléfono, como si éste la hubiese agarrado justo al borde del precipicio: ¡Sí, buenísimo!

4 comentarios:

Beroldo dijo...

En general me pasa que, cuando vuelvo de un viaje, me siento desencajada unas horas pero enseguida lo cotidiano se encarga de devolverme a la "rutina nuestra de cada día". Asi que espero que hayas disfrutado de esa oportunidad de alargar un poquito más el día sin programa fijo. Espero que hayas disfrutado de la cerveza y la buena compañía.
Estoy segura que las ganas y las buenas ideas para escribir no desaparecen por tan sólo un momento de evasión.

Un abrazo, María.

Lau.

María dijo...

Laura, gracias!
Dios te oiga...

Anónimo dijo...

Pienso como Laura más arriba, lo que has vivido, tan lejos de lo cotidiano, necesita decantar, precipitar en vos... va madurando, para después salir. No te preocupes... date tiempo.
Te esperamos.
Lala

Anónimo dijo...

tus manos siempre estaran despiertas.( y si está Berni mejor,que mirada.) vas a ever. s.s