domingo, 13 de junio de 2010

Levrero sobre los puntos de vista:

-Yo no miento -murmuró. Luego siguió hablando-. Sucede que ves las cosas desde tu punto de vista, y cuando crees que algo es de una manera determinada no puedes admitir que, en la realidad, pueda ser de otro modo. -Volvió a adoptar esa expresión de profunda sinceridad, mirándome a los ojos-. Ves, por ejemplo, ese árbol; y estás convencido de que el viento trajo una semilla y allí creció, y que el año pasado estaba allí, y el anterior, y que siempre estuvo allí ese árbol. No se te puede ocurrir que, por ejemplo, pueda alguien haberlo trasplantado, porque no te parece lógico que alguien se tome el trabajo de trasplantar un árbol común, como hay tantos, hasta este sitio, donde, en apariencia, no cumple ninguna función, donde nadie repararía en él, ni podría distinguirlo de los otros árboles que crecen en gran cantidad cerca de la carretera. Pero, sin embargo, alguna función cumple ese árbol: ya ves que me ha servido para explicarte cómo puedes estar equivocado en tu manera de pensar. Este hecho, ¿no justificaría que alguien (yo misma, por ejemplo, de haber tenido oportunidad) se tomara el trabajo de trasplantarlo a este lugar? ¿Y cómo puedes saber si he tenido o no oportunidad de hacerlo?
(Fragmento de "La ciudad", Mario Levrero)

4 comentarios:

Lusi dijo...

ayer pasé por esa parte del libro!
(y empecé a leer Levrero motivada por los fragmentos leídos en este blog :)

María dijo...

Lusi, me alegro de haberte presentado a Levrero, para mi es un genio. Ultimamente encuentro coincidencias por todos lados... Saludos.

Anónimo dijo...

Qué interesante, me has metido el gusanillo....

María dijo...

Uy, Estrella, si se te metió el gusanillo Levrero va a ser muy difícil sacarlo... Te recomiendo "La novela luminosa". Saludos.