lunes, 2 de noviembre de 2009

This is it

Ayer fui a ver a Michael Jackson, que está vivo. La chica de la butaca de al lado bailó sentada toda la película, los adolescentes de atrás apoyaron los coros y yo, un domingo de lluvia y algo dormida, pasé dos horas preguntándome de dónde viene semejante talento.

2 comentarios:

Mercedes Ruiz Acevedo dijo...

Yo una vez lo fui a ver. Me gustaba poco pero mis amigas insistieron. Por supuesto que las perdí apenas se encendieron las luces, y arrastrada por la multitud sin quererlo, me encontré al lado del escenario, asfixiada y aturdida por los gritos de miles de chicas, que me golpeaban como si estuvieran en un pogo de Megadeth. Vi todo de muy cerquita. A mi las luces de los shows no me seducen, la grandilocuencia escénica nunca me ha movido un pelo y por lo general me aburre, pero había algo en los pies de ese tipo flaquito que bailaba que casi me hace llorar. Era como que volaba más que bailar. Se suspendía y hacía cosas que la gravedad no permite con el resto. Era exacto y milimétrico pero con la suavidad de alguien al que el cuerpo no le pesa. Así que yo creo que la magia está en eso, en el enorme poder de su liviandad.

mara dijo...

guaichis.
Por ahi tanto talento sale de la inmensa necesidad de satisfacer al padre =S