El otro día fui a estudiar a un bar muy paquetón de Palermo, había bastante gente: mujeres que viven del chisme, hombres que viven de rentas y hacen de cuenta que trabajan, señoras eligiendo muebles de la “Para Ti Deco”, tres embarazadas, varios extranjeros y unos niños con su abuela.
Yo me senté al lado de una ventana, tratando de concentrarme en el gobierno de Yrigoyen (me cuesta mucho no colgarme mirando a las personas). Desde ahí lo vi venir, era un mendigo de buen porte y piel curtida, lindo de cara, con un poncho estampado en un hombro y un cigarrillo entero y apagado colgando de una sonrisa burlona, el pelo entrecano peinado hacia atrás. El physique du rol perfecto de un caudillo, pensé.
El hombre abrió la puerta del bar y se quedó ahí, extendiendo un vasito de plástico a la nada. Uno de los mozos se acercó y con un alegre “¿qué hacés, Pipi?” agarró el vaso y se fue directo a la cafetera detrás de la barra. Pipi salió, caminando canchero se alejó un poco y lo perdí de vista.
Unos minutos después, el mozo volvió con un café rasante de espuma y un sobrecito de azúcar. A través de los vidrios de la puerta buscó a Pipi pero no lo encontró. Me miró y le señalé para dónde se había ido con un movimiento de cabeza. El chico salió del bar justo cuando vi que Pipi volvía a entrar a cuadro a través de la ventana.
Pipi agarró el café, el mozo le volcó el azúcar en el vaso, se lo revolvió y después volvió a entrar. Mientras cerraba la puerta y con un gesto de no tiene remedio me dijo: “siempre me hace ir a buscarlo”. Mi mirada paneó a Pipi. Apoyado contra la pared, se tomaba el cafecito y fumaba su cigarrillo. Me pareció la persona más feliz del mundo.
Recién un rato después de que él se fue pude volver a sumergirme en lo sucedido cien años atrás. Pensaba en ese hombre sonriendo y mirándolo todo como desde afuera. No necesitaba revistas, ni celular, ni chismes, ni libros de historia. Sólo a su mozo amigo que le sirva un cafecito.
7 comentarios:
"Pensaba en ese hombre sonriendo y mirándolo todo como desde afuera"...claro, solamente una persona despojada de todo lo que esta posmodernidad capitalista afirma "imprescindible" puede tener ese tipo de mirada.
Pero también es difícil,siendo parte de la vorágine, tener la sensibilidad para hacer esta observación... y escribirla.
Me caes muy bien María! =)jaaaaaaaa
un beso!
Lau.
Hace bastante que te leo. Me gusta esa mirada que tenés de las cosas.
Y esta anécdota de Pipi, que deja esa parte linda de la sencillez de la vida, y lo que a veces es un poco más complicado, eso que sentimos tan complejo de la misma sencillez.
beso
Será verdad eso de que rico no es el que mas tiene, sino el que menos necesita?...
Maria, me encanta como escribìs te leo siempre, no deja de ser placentero cada vez...
Dale nomás para adelante!!
Lala
Gracias Lau, Nausica y Lala!!!
Juezcarlos, creo que hay bastante verdad en eso.
Y a juzgar por como describiste el lugar, vos pagaste por el café de Pipi y el tuyo! :-P
jaaaaa, sí Franco.
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