viernes, 31 de julio de 2009

Ayer nomás

Estoy leyendo un poco de historia argentina y, por misteriosas razones, no me queda. La historia no imprime en mí. Entonces, en vez de leer voy a estudiar. Sí, a estudiar, haciendo resúmenes a mano con resaltadores de colores y todo. Además, “no puedo, tengo que estudiar” es la excusa perfecta. Me encanta esa frase.

Como pantallazo general, primero agarré “Breve historia de la Argentina” de José Luis Romero, un libro que te dan en el CBC y que abarca desde la era indígena hasta un muy resumido 1996. Se lee rápido, pero en ese fluir desde los indios, pasando -entre muchos otros- por Sarmiento, Roca, Yrigoyen, Perón, Videla, Alfonsín y terminando en Menem, me llené de sensaciones contradictorias.

Por un lado, me asaltó la plena conciencia de la fuerza de los hombres, todo lo que nos rodea fue ideado y puesto en funcionamiento por algún hombre. Quedé maravillada y con la fantasía de poder hacer cualquier cosa. En el torbellino de todos los días, tengo la ilusión de que las cosas existen porque sí, de que es todo una maquinaria inmensa que funciona sola. Pero no, son todos hombres.

Pero por otro lado, me agarró un vértigo tremendo. En poco más de doscientos años, el país pasó del arpón y los menhires a Internet. Sólo doscientos años, de los cuales mi abuela vivió ochenta y siete, mi papá sesenta y yo treinta.

Cuando llegué a la etapa de Alfonsín empecé a recordar lo que había vivido a través de mis (muy politizados) padres y me encontré leyendo mi historia. No era como lo que había estudiado en el colegio, cosas que habían vivido mis bisabuelos, esas cosas me habían pasado a mí.

Qué rápido va todo, Alfonsín ya es historia pura. Y sin embargo, aunque parezca tan vertiginoso, los años se van haciendo notar en algunas cosas. Lo primero que se me ocurre ahora es el tiempo que hace que no digo “no puedo, tengo que estudiar” porque tengo que estudiar en serio.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, es cierto María, el tiempo ( nos) pasa tan rápido. Pero justamente estudiar nos mantiene jóvenes, el conocimiento nos rejuvenece! Ya los griego decían que el conocimiento es el alimento del alma...bueno, yo quiero mantener mi "alma" joven y livianita! =)

Ahora me despido y no te entretengo más, a ver si caí en mal momento y me ligo un: "Shhh, ahora no puedo hablar, tengo que estudiar"! jaja

un beso!
Lau

p/d: sí, soy oficialmente tu fan!! jaaaaa

Anónimo dijo...

Estimadas, antes que me ganen de mano quiero declararme oficialmente como la fan Nº2!! y ojo al que me quiera sacar el lugar,ja !
Con respecto al estudio... es genial te abre la cabeza, te mantiene atento y la historia argentina me resulta fascinante (por lo terrible que es)

María te mando un beso.

PD: Laura a vos tb! ya que siempre nos cruzamos. =o)

que tengan buen fin de semana.

Vero

CapItanPorretI dijo...

SOY EL REMEDIO SIN RECETA Y TU AMOR... "MI ENFERMEDAD"

María dijo...

Ay Capitán, no entendí...

BarbiSch dijo...

Muy bueno ese libro, a mí me lo dieron el año pasado en el colegio. Es sólo un poco de tiempo, y si querés te paso resúmenes :P
Pero en serio está bueno, el libro y que te dediques a entenderlo y recordarlo.
Jaja, perdón, me metí a firmar como si tuvieramos mucha confianza, pero me atrajo el nombre "Romero".
Saludos, y sí, siempre paso, así que acá tenés otra fan, jaja.

Barbie

María dijo...

Hola Barbie, gracias por ofrecerme tus resúmenes, pero ya hice los míos, viste la película "De vuelta al colegio"? Así me siento, jaaaaa.
Es muy diferente estudiar a los 30 que a los 20, en algún momento voy a escribir sobre eso.
Saludos y gracias otra vez!

¿Lesbiana? dijo...

Encontré que la crisis del 2001 ya está en muchos manuales de historia. Y me quise morir, eso lo vivi. Comparto el sentimiento tuyo con Alfonsín.

María dijo...

Todavía no llegué al 2001, pero imagino que el impacto (proporcional al recuerdo) será mucho mayor que el de la época de Alfonsín. Gracias por la advertencia, ahora estoy un poco más preparada. Saludos.