Tengo mis preferidos entre los porteros de la cuadra, los más cercanos, los que me vigilan el auto, me saludan por mi nombre y me ayudan a cargar las bolsas. Pero hay otros, como el peladito de enfrente, a los que ignoro culposa, y bajo la mirada cuando paso cerca. Me reprimo las ganas de saludarlo, porque implicaría tener que hacerlo siempre, y hay veces que no tengo ganas de andar saludando a todo el mundo.
Otro ejemplo: con mi vecino Gonzalo el otro día coincidimos abriendo las ventanas. Fue un momento de tensión. Nos miramos a los ojos y yo me quedé paralizada, estuve a punto de levantar mi mano (en mi cabeza hice el gesto pero mi brazo por suerte no se movió). Gonzalo también se contuvo y cada uno terminó lo suyo fingiendo indiferencia. Nos salvamos así, por un pelín, de una eterna y cotidiana tortura de “holas” incómodos de living a living.
Hay algunas cosas que cuando se hacen por primera vez no tienen vuelta atrás, estaremos destinados a hacerlas por el resto de los días. Como cuando la gente se empieza a teñir el pelo, o cuando en una pareja uno de los dos asume el rol de pagar las cuentas. Sienta precedente, y la sentencia es condena perpetua.
6 comentarios:
Que distinto que se vive en Buenos Aires, acá en el interior es inconcebible no saludar a los vecinos. Se lo considera de muy mala educaciòn.
Quizás no se entiende, estoy hablando de otra cosa. Igual puede ser que sea mala educación, pero en mi cuadra deben vivir miles de personas que veo bastante seguido. Si los saludo a todos, no me queda tiempo ni para bañarme. Saludos.
es verdad lo que decís!
muchas veces me encuentro frente a esa disyuntiva: saludo o no?
un sí te condena a tener que saludar for ever and ever :(
Mala educación es no saludar a alguien que ya saludaste alguna vez.
Si nunca lo saludaste ni te saludó, no creo que sea mala educación. Por eso hay que cuidarse la primera vez.
Creo que es la primera vez que veo escrita la palabra "pelín"
Mi matrimonio empezó a derrumbarse el día que le dí el control remoto
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