domingo, 15 de marzo de 2009

Imperceptible transición.

No sé cuándo se producen ciertas transformaciones. Por ejemplo con el alcohol, ya no recuerdo cuando empecé a preferir el vino a la cerveza y supongo que ni cuenta me daré cuando esté sarandeando los hielos en un vasito de whisky.

La manera de hablar también va cambiando. La gente vieja habla diferente, usa palabras raras o expresiones inventadas que combinan cierto infantilismo con las verdades más profundas. Mi abuela decía que mi abuelo “la molestaba a la noche” y cuando iban en el auto le pedía “que tocara corneta” en cada esquina.

No sé cuándo empezamos a ser adultos y después viejos. No sé cuándo, pero me pregunto si dentro de un tiempo me sorprenderé a mí misma sobrecargada de maquillaje o intentando colarme en la fila de algún aeropuerto. Ya me pasa con las palabras, como poseída por algún fantasma futurista, de repente me escucho decir cosas como “colorete”, “buen mozo” y “es un amor”.

3 comentarios:

FloR.- dijo...

buenas...
yo tengo 25 , a veces uso la palabra "regio" o "macanudo"... que en un principio comenzaron siendo graciosas e ironicas entre mis amigas... pero hoy, entre frase y frase, se entrometen reemplazando poco a poco el "tipooo " "tipo nada..".. Y demas expresiones de la edad...

el cambio de bebidas alcoholicas es un claro ejemplo de la madurez, al menos de la madurez del cuerpo, que de a poco empieza a demostrarnos que no tenemos higado que resista vodka de $8.- !!

saludos !!

Petite dijo...

27 y ya estoy recontra out según mi primo de 12. Yo no me doy por enterada, sigo in! jajaja!

Anónimo dijo...

Hola María:
Es muy cierto lo que escribís...me he dado cuenta, al pensar sobre el aspecto léxico, que también reposicionamos algunas palabras.Las que antes usábamos en el diálogo cotidiano, ahora aparecen de forma esporádica y generalmente acompañadas de una sonrisa cómplice que refleja esa nueva relación de "extraños- conocidos".
Me gusta...me gusta esa dulce e 'imperceptible transición'.Muestra de una forma muy sutil y respetuosa el paso de ese tiempo que tantas veces intentamos tontamente distrazar.
Saludos,
Laura