jueves, 9 de octubre de 2008

Una mujer bajo influencia.

Si tuviese que elegir un director de cine entre todos los que vivieron o viven en el mundo, lejos, me casaría con John Cassavetes. Sí, se puede amar a alguien que no conocemos, que está casado con otra mujer (y qué mujer) y que ya está muerto. 

Terminaría de escribir acá, sólo diciéndoles que lo amo, que me encantan sus películas y que las vean por favor, por su bien si les gusta el cine. ¿Acaso no es lo único importante? Pero no puedo, quiero hablar más de él, que se alargue este ratito que está conmigo.

Yo quiero ser una mujer bajo la influencia de este hombre, pero sé que no me va a dar ni ahí. Quiero absorber algo de su liviandad, su comprensión de la naturaleza humana, su mirada de las cosas y cómo hacerlas, su humor, que se me pegue un poco algo de algo de él, alguito aunque sea. Sólo un poquitito de su buen gusto ya va a ser suficiente. 

El amor no necesita mucha más explicación.

1 comentario:

Martín dijo...

Yo coincido en que se puede amar a una persona que no se conoce, casada con otra persona e incluso muerta.
Pero voy un poco más lejos. Creo que sólo se puede amar a alguien que no se conoce y, si está muerto, mucho mejor.